La procrastinación es un comportamiento que, para quienes no lo sufren, puede parecer incluso ilógico. ¿Por qué alguien iba a querer posponer hasta el último momento una tarea que, irremediablemente, va a terminar haciendo, y además añadiendo ansiedad y frustración a la ecuación?
Sin embargo, es un mal hábito que requiere mucho esfuerzo para hacerle frente.