fraudes

Numerosos usuarios franceses han estado recibiendo en las últimas semanas tanto e-mails como cartas procedentes de Amazon, en las que se ofrecía a sus destinatarios la posibilidad de ganar dinero tan sólo a cambio de probar productos vendidos en el popular portal de e-commerce. Hasta 40 strong> por producto, decían.

Sin embargo, el objetivo real no era otro que robar la información personal y financiera de las víctimas.

El fraude bancario ya es, hoy en día, una amenaza constante que afecta a millones de usuarios en todo el mundo. Pese a las numerosas campañas de concienciación y las advertencias continuas por parte de entidades financieras, los datos revelan que un alto porcentaje de la población sigue siendo susceptible a los mismos.

El spoofing telefónico es una técnica de ciberestafa que permite a los criminales modificar el número que aparece en el identificador de llamadas del receptor, mostrando uno diferente al que realmente origina la llamada. Este recurso es, cada vez más habitual en fraudes perpetrados en España, con el fin de suplantar a entidades legítimas como bancos y administraciones.

En los últimos tiempos estamos recibiendo cada vez más noticias de cómo la tecnología que permite generar audios y vídeos que suplantan la identidad de otras personas se usan no ya para crear nuevos y polémicos éxitos musicales, sino para cometer peligrosos fraudes y estafas. En LastPass lo saben bien.

Voz falsa.

En este mundo mediatizado, la huella dactilar y la verificación de rostro son tecnologías biométricas que han ganado importancia por lograr mejorar la seguridad y la autenticación en diversos sistemas.

Cuando las ciberestafas se cruzan con las carreras de altos directivos de grandes empresas, un error de cálculo o una omisión en la vigilancia puede tener consecuencias desastrosas, más allá de las meras pérdidas financieras. Así, los CEOs y sus más directos colaboradores pueden encontrarse en el punto de mira cuando las defensas fallan... o cuando son ellos mismos los que meten la pata.