A finales de la década de los 90, y a rebufo de la exitosa franquicia cinematográfica de Batman iniciada por Tim Burton, Warner Bros. se propuso hacer una nueva film basada en el Hombre de Acero. Era el momento perfecto: el evento de La Muerte de Superman en los cómics había generado un fenómeno a escala mundial. El desafío en sí era renovar al icono para la gran pantalla. Y justo ahí es donde entran Kevin Smith y Jon Peters en la ecuación.