Un juego de atropellar burros. Bueno, aunque casi permanentemente alguno terminaba aplastado. Con un vehículo que parece un F1 en realidad es un tractor Y ya está. Eso era lo que programó Bill Gates, durante una jornada laboral ininterrumpida hasta altas horas de la madrugada. La leyenda de Silicon Valley, entre la fina ironía y el descalabre. Pero mejor demos un par de pasos atrás para explicar de qué va todo esto.