Esta historia comienza en 2019, época en la que un joven
Sam Bankman-Fried - conocido como SBF - fundó una
plataforma de criptomonedas bautizada como FTX en
Berkeley. Hasta ahí todo bien, de hecho tan bien que
en sólo dos años logró abrir oficinas en Hong Kong y posteriormente a las Bahamas. En esa época SBF se mostraba como un
desaliñado nerd con padres connotados y amigos políticos o empresarios, imagen que le ayudó para que su compañía alcanzara una valoración de 18 mil millones de dólares hacia 2021.
¿El problema? Todo era un fraude.Tras varios días de testimonio y horas de deliberación, la
justicia estadounidense estableció que Sam Bankman-Fried era todo un estafador, y
condenaron al visionario detrás de FTX a pasar 25 años de prisión. Esta sentencia marcó todo un hito para la
industria tecnológica y las compañías asentadas en Silicon Valley, pues con tan sólo 32 años, SBF parecía ser uno de los empresarios con mayor proyección de la actualidad.
Bankman-Fried forjó su fortuna en el mundo de las criptomonedas durante gran parte de la pandemia del Covid-19. Gracias a ello, alcanzó
riquezas estimadas en 25,000 millones de dólares, patrimonio del que no verá nada gracias a su encarcelamiento.