Si estás leyendo este artículo desde un teléfono inteligente, hay una alta probabilidad de que funcione con un chip ARM. No importa si es iPhone o Android. Esta arquitectura se ha convertido en el corazón del smartphone y, además ha comenzado a ganar terreno en el mundo de los ordenadores portátiles.
El origen de ARM, sin embargo, se remonta a los primeros tiempos de la computación personal.