Entre marzo y junio de 1991, los fans de Dragon Ball de todo Japón se quedaron petrificados: en un remoto planeta a punto de explotar, Son Goku el protagonista de la obra de Akira Toriyama, quedó a merced de una ira desmesurada. El destino de la galaxia y el legado de su raza guerrera estaban en sus puños. En su mirada, un sentimiento de venganza sin límite.
Frente al saiyan, el poderoso Freezer.