¿Y si nunca llega el minuto de gloria? Joder. ¿Y si el fútbol nunca paga esa deuda que, según acuerdo tácito universal, contrae con cada aficionado de cada equipo modesto, pequeño, perdedor, intrascendente? Nada ni nadie posee una lista de acreedores tan larga.
La Copa. La puta Copa. La esperanza eterna. Despreciada desde las alturas. Por ella suspiran, suspiramos, desde las profundidades. Suspirábamos, al menos.