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En principio, parece una herramienta que hay que agregar en la lista de gadgets prácticos para aquellas personas que permanentemente andan de viaje, saltando de un país a otro y cambiando de idioma constantemente. Con las ventajas que aportan la comodidad y la inmediatez.

En los últimos años, la popularidad de la inteligencia artificial ha experimentado un aumento significativo entre las personas de todo el mundo. Esto se debe en parte al crecimiento exponencial de las aplicaciones de IA en la vida cotidiana, desde asistentes virtuales como Siri y Alexa hasta algoritmos de recomendación en plataformas de streaming y redes sociales.

Spotify lanza una funcionalidad de creación de playlists a través de inteligencia artificial generativa que permite al usuario crear una lista de canciones a partir de un prompt de texto en el expresa el tipo de música que quiere o lo que desea hacer con ella, y con ello me evoca algo que llevo haciendo ya un cierto tiempo: utilizar ChatGPT precisamente para la creación de recomendaciones musicales.

El CEO de Uber, Dara Khosrowshahi se convirtió en uno de los conductores de su empresa durante varios meses. Comenzó como un esfuerzo para comprender las experiencias de los conductores y acabó con cambios en la plataforma. Su experiencia la contó después en una entrevista que ofreció en su momento a The Wall Street Journal.

¿Alguna vez te has preguntado qué se esconde detrás del fascinante mundo de los bienes raíces? ¿Cuál es la clave para tener éxito en este mercado en constante evolución? Si estás interesado en descubrir el potencial ilimitado que ofrece este sector, estás en el lugar correcto.

Ya ha comenzado oficialmente la declaración de la Renta 2024, siendo una cita muy relevante que a mucha gente le puede llegar a preocupar. El hecho de tener que pagar en la Renta no gusta a absolutamente a nadie, y es por ello que permanentemente se intenta agregar las máximas deducciones posibles para pagar menos dinero o incluso que te devuelvan mucho más dinero.

Recuerdo abrir aquellas dos cajas, poner el monitor y el teclado encima del escritorio de la salita de nuestro primer piso. Mi padre trataba de entender como funcionaba todo aquello y yo ya tenía un cassette en la mano. Ese cuatro del doce de 1987 encendía por primera vez mi primer ordenador, un Amstrad CPC 464. Años más tarde - a comienzos de los noventa - en el cuarto trasero del quiosco de una amiga del instituto, vi mi primer Macintosh.