Acceder a las instalaciones de la mismísima NASA, robarles material y salir indemnes es algo que con toda probabilidad no sucedería nunca. Pero para eso es una probabilidad, para romperse. Es lo que sucedió hace ahora un año cuando se robaron hasta cinco iPad propiedad de la agencia aeroespacial dentro de sus propias instalaciones, incluyendo tres iPad.
Y no es que quienes cometieron este hurto hayan salido absueltos. Es que directamente no saben quienes fueron.