Un conductor en Gales circulaba con su coche, como cualquier otro día. En la distancia, observó un letrero de McDonalds y decidió parar a tomarse un café para el viaje de vuelta. Una semana más tarde, recibió una multa de 70 libras: había invadido un carril bus.
No es la única persona a la que le ha sucedido, según le indicaron desde el propio Consejo de Carmanthenshire, en tan solo un año la recaudación por esa misma multa ascendía a más de medio millón de libras.