En los últimos tiempos, los 'modelos de lenguaje de gran contexto' o LLM (es decir, el cerebro detrás de los chatbots) han comenzado a mostrar habilidades inesperadas, para las que no han sido programados... pero tranquilo, que no estamos ante un 'escenario Skynet' (que sepamos): por ahora, sólo tienen que ver con su capacidad para gestionar grandes cantidades de información.