Que levante la mano quien no se llevó las manos a la cabeza y ahogó un grito fruto de la sorpresa en el clímax de la primera y genial 'Saw'. En 2004, James Wan y Leigh Whannell pusieron Hollywood patas arriba con el inicio de una franquicia tremendamente longeva y sin visos de echar el freno con un thriller cargado de violencia, de estilo videoclipero heredero de la era MTV y con un giro final, cuando menos, impactante.