Barry Sawchuk y sus cuatro hijos estaban trabajando en la cosecha de sus cultivos cuando chocaron con unas extrañas piezas de fibra de carbono, la más grande de las cuales pesaba 45 kilos.
La familia de agricultores de Saskatchewan, Canadá, tardó unos días en lograr una respuesta, pero no iban desencaminados sobre su origen. Desde el comienzo pensaron era algo que cayó del espacio.