Exprimir al máximo los dispositivos de
Apple es algo que todos tratamos de hacer, aunque prolongar esa experiencia en el tiempo no siempre es posible. Ya sea por rotura, muchas veces los renovamos sin necesidad de que estén rotos o hayan dejado de ser funcionales. Que cada caso es un mundo, por supuesto, y excepciones hay muchas. Sin embargo, a nivel general, esto lo analizan muchos estudios.
De media sabemos que los jóvenes cambian de iPhone cada 1-2 años, que en la mediana edad se amplia a 2-3 años y que a partir de los 60 años no es tan frecuente tener iPhone y, quien lo tiene, tarda aún más en renovarlo. Sin embargo, el cuento cambia mucho con los iPad. Y es que los aguantamos cada vez más, algo que además tiene todo el sentido del mundo.
Como decíamos en la introducción, esto no se trata de juzgar circunstancias personales. Cada cual hace con su dinero lo que quiere. Lo que los fríos datos sí muestran es que, de media renovamos los iPad cada tres años o más. Eso al menos mostraba el último estudio de CIRP. Y lo destacado de esto es que no es algo habitual, sino que es una muestra de cambio de tendencia.
En el mismo estudio se puede apreciar como hace sólo dos años la tendencia era a renovarlo cada 1-2 años. En esa franja se encuentran ahora un 25% de los clientes, siendo el abrumante 40% el que lo cambia cada 3 años o más.