Con el lanzamiento de
Windows 11 llegó una grandísima polémica en relación con sus requisitos mínimos para poder instalarlo. De esta manera se generan dos grandes sectores en torno a
Windows 11: las personas que no quieren instalarlo por quedarse en
Windows 10, y las personas que directamente no pueden (aunque quieren) actualizar.
Esto es un grave problema porque en el año 2025
Windows 10 quedará sin soporte de actualizaciones. Es un problema porque ya hemos visto que todavía queda mucha gente en
Windows 10 y quedarán al descubierto en materia de seguridad en parte por estos requisitos.
A veces el hecho de no poder actualizar a
Windows 11 está debido a un problema que ajeno a nosotros mismos. Esto es lo que pasaba a muchos clientes a raíz de un error de Intel que ha durado más de dos años que impedía pasar de
Windows 10 a
Windows 11.
Para hablar de este fallo debemos irnos hasta el año 2021 cuando Microsoft alertó de un fallo en un drive de audio que se denomina Intel Smart Sound Technology (SST). Este driver era completamente incompatible con
Windows 11 provocando que apareciera una pantalla de la muerte azul. Y con esto Microsoft se vio obligada a impedir que se actualizara.
Este error afectaba a los equipos de procesadores de Intel 11ª generación y la solución únicamente la podía aportar el propio fabricante.
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