La actual crisis del
Mar Rojo está poniendo en jaque el comercio mundial. El motivo es que hay muchos barcos de mercancías parados en el puerto de
Singapur porque, como si fueran un coche eléctrico en Semana Santa, no pueden repostar todos a la vez. Y el detonante de esos atascos son los nuevos trayectos que los cargueros están obligados a tomar para evitar los ataques de las milicias hutíes.
El
Mar Rojo es un polvorín. Esta zona es clave para el transporte marítimo mundial. Hoy en día, aunque los trenes y aviones de mercancías son importantes en la logística, la mayoría del comercio se mueve en barco. Eso por no hablar del petróleo. Con los ataques de rebeldes hutíes en la zona, las embarcaciones están obligadas a tomar otra ruta más larga, lo que evidentemente aumenta el tiempo de espera en destino.
Una industria que está sufriendo esta falta de componentes es la automovilística, que incluso ha obligado a Tesla a detener durante un tiempo la producción del Model Y en sus fábricas de Alemania. No es la primera vez que hay una crisis comercial debido a un problema en el Canal de Suez, ya que no hace tanto vivimos el accidente del Ever Given que impactó de forma notable en los precios y abastecimiento en comercios.
La loca, loca carrera por construir barcos cada vez más grandes: la capacidad de los cargueros ha crecido un 1,500%
Un rodeo destacado.