Uno de los mejores videojuegos que se ha lanzado en lo que llevamos de año ha sido
Like a Dragon:
Infinite Wealth, la entrega más reciente de la saga
Yakuza, cuya andadura comenzó hace casi 20 años. Desde entonces se han publicado numerosos títulos que cada vez se han ido volviendo más populares y han ido saliendo a la venta en una mayor cantidad de plataformas diferentes.
En cambio, el primer
Yakuza de todos únicamente salió a la venta en la mítica PS2. Su popularidad en Japón se disparó a toda velocidad por la forma en la que combinaba su jugabilidad enfocada plenamente a la acción, su argumento tan dramático y emocionante, así como la forma en la que mostraba de la forma más realista posible las calles de Kamurocho y su nivel de criminalidad, incluyendo a los clanes de la
Yakuza.
De hecho, originalmente SEGA quería ir más lejos todavía a la hora de representar el comportamiento de la
Yakuza, porque el objetivo del equipo de desarrollo era el de retratarlos con gran precisión, sin importar lo que eso pudiese conllevar. Por lo tanto, eso mismo implicaba no omitir uno de sus castigos más habituales, como es el de cortar los dedos meñiques.
El Dr.