Soy cliente de Mac desde el año 2010. Desde entonces, han pasado por mis manos muchos equipos y modelos. Todos ellos los he ido vendiendo para hacerme con nuevos modelos hasta llegar al actual, un
MacBook Pro de 14" M2 Pro. Sin embargo, sí que conservo mi primer Mac. Un MacBook blanco del año 2010. Toda una joya que el paso del tiempo había hecho que se quedase en un cajón.
Y es que teniendo un
MacBook Pro más moderno, quizás encendía este MacBook una vez al año por pura nostalgia. Probé todo tipo de sistemas operativos para localizar el equilibrio entre rendimiento y modernidad. Con macOS Mountain Lion el funcionamiento era relativamente bueno. ¿El problema? Ninguna aplicación ni navegador era compatible.
a continuación, si subía a una versión superior como macOS High Sierra, el rendimiento del Mac caía en picado tardando varios minutos en cargar una página web. Y aún así, la sombra de la incompatibilidad de Apps y sistemas estaba llegando. Frente a esto, ¿qué podía hacer?
Valoré estas tres opciones, y me decanté por ChromeOS Flex. Sobre todo la decisión fue por la facilidad que pone Google para instalar su sistema operativo. Literalmente no he tardado más de 15 minutos en hacerlo. Sin introducir líneas de código, y solo con un PenDrive. ¡Nada más! Las ventajas de instalar ChromeOS Flex en un Mac antiguo son muchas.
Mi MacBook del 2010 tiene un Intel Core 2 Duo y 3GB de memoria RAM.