atmosfera

Los satélites son una parte fundamental de nuestra vida moderna utilizados en tareas tan cotidianas como la navegación y las comunicaciones. Sin embargo, la órbita terrestre se enfrenta a una amenaza creciente: la basura espacial.

Cualquier objeto artificial sin función que permanece en el espacio, desde restos de cohetes hasta satélites fuera de servicio, se considera basura espacial y su aumento constante presenta un problema cada vez más grave.

Mi columna en Invertia de esta semana se titula «China y la descarbonización: ¿susto o muerte?» (pdf), y trata de ilustrar la estrategia de China de cara a la descarbonización del mundo: utilizarla para convertirse en la mayor potencia industrial a costa de generar emisiones de dióxido de carbono y gases de efecto invernadero durante más tiempo – la hipótesis de su gobierno es que esas emisiones alcanzarán su máximo en torno al año 2030 – mientras producen los elementos necesarios para que

La atmósfera en las oficinas corporativas de Disney debe sentirse un poco más ligera en estos días, entre La reciente distensión de Disney World con el gobernador de Florida, Ron DeSantis, y el anuncio de hoy de que los accionistas han votado en contra del intento del multimillonario inversor activista Nelson Peltz p> Read more...

La Estación Espacial Internacional (ISS) orbita la Tierra sirviendo como un laboratorio científico avanzado desde 1998. Se trata de una estructura que se ensambló gracias a la colaboración de múltiples países, incluyendo Estados Unidos, Rusia y Japón, y que constantemente alberga a más de una decena de astronautas de diferentes naciones. Y si bien mantiene un bajo perfil, lo cierto es que la ISS no ha estado exenta de incidentes.

El eclipse solar del 29 de mayo de 1919 fue uno de los más importantes para la comunidad científica. Durante aquel impás de la Primera Guerra Mundial entre el armisticio y la paz de Versalles, dos científicos a uno y otro lado de las trincheras protagonizaron una curiosa historia de cooperación.

Los protagonistas fueron el alemán Albert Eisntein y el británico Arthur Stanley Eddington.

El pasado viernes 29 de marzo algo sobrevoló nuestra península. Vino desde Francia, cruzó Cataluña y, finalmente, acabó perdiéndose al sur de la Comunidad Valenciana. Un "bólido artificial, posiblemente un misil", dijeron algunos que era. Hoy, la respuesta oficial del Gobierno de España es que se trataba de un "meteroide rozador". Alemania, sin embargo, no está de acuerdo.

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