El 5 de mayo se celebra el día mundial de la contraseña. Es una jornada que trata de concienciar sobre el buen uso que debemos tener a la hora de
garantizar la
seguridad de nuestros dispositivos y de nuestra información y datos. Más todavía si se tratan datos personales. Por eso vamos a ver los
protocolos básicos que debería
seguir cualquier empresa para
garantizar su
seguridad.
Y esto también se puede aplicar a los empleados en su vida personal, así como autónomos o profesionales. Que alguien obtenga las credenciales de nuestros ordenadores, aplicaciones o servicios en la nube puede suponer un problema de gran envergadura. Eso por no hablar de las posibles multas por fuga o robo de datos personales de terceros en el caso de las empresas.
Tradicionalmente en las empresas el modelo más común para
garantizar la
seguridad era obligar a los empleados a cambiar la contraseña regularmente. Lo habitual es obligar a un cambio cada mes, sin que se puedan repetir determinados caracteres de la contraseña a la que se sustituye. El problema de este modelo es que en muchos casos los clientes acaban creando patrones para acordarse por lo que al final no resulta demasiado efectiva.