El auge de la inteligencia artificial (IA) ha generado un intenso debate sobre los derechos de autor. ¿Hasta dónde llegan los límites de la propiedad intelectual? ¿Es adecuado utilizar modelos generativos para trabajos profesionales? ¿Qué sucede con los sistemas entrenados con material protegido por
copyright cuyos creadores no reciben nada a cambio? Las dudas relacionadas a esta tecnología emergente son múltiples, y lo cierto es que el mundo todavía está tratando de responder muchas de ellas.
Además es cierto que, a medida que las soluciones generativas se vuelven cada vez más populares, los actores involucrados en esta dinámica empiezan a tomar postura. Tenemos a artistas presentando
demandas, empresas como Adobe tratando de evitar problemas legales con la forma en la que entrenan sus modelos, y otras como Microsoft, que prometen sacar músculo legal para defender a sus clientes empresariales si estos se enfrentan a una demanda por utilizar sus productos de IA.
El presidente de Microsoft, ha anunciado esta semana cómo responderá la compañía en caso que alguno de sus clientes empresariales de
Copilot, presente en GitHub
Copilot, Bing Chat Enterprise y el nuevo Microsoft 365, fueran demandados por infracción de derechos de autor. Asumiremos la responsabilidad de los posibles riesgos legales involucrados ha dicho el ejecutivo en una publicación de blog en la que ha invitado a los clientes ha utilizar el servicio sin preocupaciones".