En el universo de las redes informáticas, cada puerto no es solo un número, sino una puerta hacia servicios específicos que facilitan la comunicación entre dispositivos. La Asignación de Números de Autoridad de Internet (IANA, por sus siglas en inglés) se encarga de la gestión de estos puertos, asegurando que cada uno esté vinculado a un servicio predeterminado, lo cual es crucial para el funcionamiento ordenado y eficaz de la internet.