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Como tantísimas otras personas, trabajo cada día un mínimo de ocho horas y lo hago sentado frente a una pantalla. Lo hago desde casa generalmente, aunque daría igual que fuese a una oficina porque seguiría haciendo lo mismo. La ventaja que en mi caso tiene teletrabajar es que puedo decidir qué mobiliario usar y presentí que un escritorio elevable sería de utilidad para acabar con los dolores de espalda. Y vaya que lo fue, aunque tampoco fue fácil.

Las profesiones tecnológicas son las que más facilidad han demostrado para cambiar del modelo de jornada presencial al teletrabajo, pero además la más ha acusado los efectos de la Gran Renuncia.

En la actualidad, la gran batalla de las plataformas streaming (Prime Video, Netflix, HBO, Disney+) parece concentrarse en una característica muy específica. El de tener el catálogo más numeroso, variado y con mayor cantidad de opciones posibles. Al menos, es la intención de la mayoría de los servicios por suscripción.