Mientras el fantasma de la despoblación, la caída de la natalidad y el invierno demográfico avanza por toda Europa, una pequeña región de Italia parece que resiste, "todavía y como permanentemente", a la tendencia internacional.
No es un milagro, pero sí sorprende. En 2022,7 niños por cada mil italianos (un poco por debajo de España que se quedó en 2,88). Salvo en Bolzano, donde esa cifra ascendió hasta 9,2.