La mayoría de superproducciones se hacen en Hollywood, pero hay varias excepciones a la norma. De hecho, últimamente cada vez es más habitual que China invierta enormes sumas de dinero en ciertas filmes, pero la que ahora nos interesa se hizo en Europa. Tan relevante fue que se convirtió en el film de ciencia ficción más cara de la historia de dicho continente. Por desgracia, además fue uno de los mayores fracasos de todos los tiempos.