Aunque tenga sus característicos primerísimos primero planos donde los personajes están mirando a cámara, Jonathan Demme ha sido un director cuyo estilo ha sido más difícil de trazar, más destacado por sus cualidades emocionales que por anclarse en una determinada corriente. Así, ha obtenido tener filmes destacadísimas en el thriller, en el terror, en el drama oscarizable, el drama menos convencional, en el cine romántico, etc.