El gobierno chino acaba de conminar a los más importantes fabricantes de vehículos como BYD, Geely, SAIC y otros, a adquirir sus chips de fabricantes locales, en lugar de depender de chips fabricados en el extranjero, con el fin de reducir la dependencia de una tecnología extranjera cada vez más restringida y crear demanda para un mercado que buscan alimentar con inversiones cada vez más importantes.