Llevo usando un Apple Watch desde el verano de 2015, pero hasta 2018 no llegó el primer modelo a España que permitía añadir una eSIM y tener conectividad móvil pese a estar lejos del iPhone.
No es que de repente empezase a acostumbrarme a dejar el iPhone en casa en ciertas situaciones, ni entonces ni ahora, sino que más bien ha sido un proceso gradual. Ahora es cada vez más habitual que en según qué momentos salga de casa únicamente con el reloj por decisión propia, no por un despiste.