A lo largo de su vida, Steve Jobs afianzó varias filosofías propias, como su "regla de tres" o sus muchas frases inspiradoras que todavía hoy son repetidas como un mantra entre algunos sectores. Pero también fue tildado de tirano, de actitud despótica y padre irresposable. La relación con algunos subordinados era, cuanto menos, peculiar. Tal fue el caso de la fugaz contratación de Michael Geary.