Leyendas

La Estrella de la Muerte, el concepto de la Fuerza o el propio R2-D2 son más que elementos de Star Wars: son iconos que forman parte de la cultura popular. Un rico legado de fantasía y ciencia ficción que explotó en 1977 y crece a pasos agigantados. Lo cual tiene un efecto colateral: mientras más se expande la saga, más complicado es saber cuándo pasa cada cosa. Por eso te hemos organizado todo su canon de la manera más simple y comprensiva.

Mi columna en Invertia de esta semana se titula «Sobre esos viajes imposibles» (pdf), y es el enésimo intento de luchar contra esos mitos y leyendas que muchísima gente repite absurdamente sobre el coche eléctrico y sus teóricas limitaciones: que si no sirve para viajar, que si te puedes quedar tirado, que si hay que cambiarle la batería, etc.

Con las tonterías que he escuchado a lo largo de este tiempo podría escribir una enciclopedia.

Tras tres series y un buen puñado de temporadas, parecía que la historia de 'Baki' ya había llegado a su fin. Pero teniendo en cuenta que Keisuke Itagaki todavía sigue publicando su manga de artes marciales, era de esperar que en algún momento siguieran llegando más capítulos de anime.

Con la segunda temporada de 'Baki Hanma' parecía que ya estaba todo el pescado vendido, ya que Baki por fin consiguió derrotar a su padre Yujiro en un combate.

Caballeros Jedi, androides con mucha chispa y batallas espaciales épicas. Star Wars (La Guerra de las Galaxias) fue un antes y un luego para la industria del cine y el entretenimiento, envolviendo el monomito en un alucinante carrusel de efectos especiales.

A diferencia de lo que cree la opinión popular, el mundo de los superhéroes no Siempre tiene que ver con la épica y el ascenso de la oscuridad tras un revés inesperado. O dicho de otra forma: lo que hemos visto durante la última década en las series y filmes de DC y Marvel, especialmente esta última con su UCM.

Hay vida más allá de la luz. Sin alejarnos mucho del marco popular, Watchmen e incluso Invencible se han separado de todo eso.

Imagínate esto: Spider-Man no existe. Nunca lo hizo. Peter Parker es un adulto como cualquier otro. Sin superpoderes. Tuvo una adolescencia normal, tiene un fácil trabajo como reportero y, al acabar, le espera una preciosa familia en casa. Además de estar casado con Mary Jane, sus hijos May y Richard son la razón por la que todos los días se levanta para ir a cubrir la actualidad junto a su tío Ben en el Daily Bugle.