Los cargadores inalámbricos Qi son el estándar dominante para la carga inalámbrica de dispositivos, de modo que cuando un equipo de investigadores de la Universidad de Florida detecta una vulnerabilidad en los mismos que facilita realizar un ataque que, a su vez, permite sabotear y/o controlar dichos dispositivos, podría decirse que los usuarios tienen un potencial problema entre manos.