En un movimiento sin precedentes, LaLiga ha conseguido el respaldo judicial para identificar y perseguir no sólo a quienes distribuyen contenidos deportivos de forma no autorizada, sino, por primera vez, a aquellos que los consumen en la intimidad de sus hogares.
Esta decisión marca un antes y un luego en los esfuerzos por proteger los derechos de "propiedad intelectual" en el ámbito deportivo, especialmente en el fútbol, uno de los espectáculos más seguidos globalmente.