Apocalipsis

El episodio 3 de 'The Last of Us' se ha distanciado de forma muy afortunada de su modelo: su forma de extraer de la narración original una historia que merecía ser vuelta a contar de otro modo es muy inteligente, y demuestra que el temor que teníamos al origen era infundado. Neil Druckmann y Craig Bazin saben que las historias de los videojuegos y las de las series y películas se cuentan de forma distinta, y lo están poniendo en práctica.

En el nuevo episodio de The Last of Us, accesible en HBO y HBO Max, el tiempo parece detenerse. Por un lado, Joel y Ellie recorren el oeste de un país destruido donde la naturaleza lo es todo y la huella de la civilización desapareció.

El estreno en Netflix de 'Junji Ito Maniac: Relatos japoneses de lo macabro', ha puesto de nuevo el nombre del autor de los relatos que adapta en el escaparate público, dando a conocer a muchos una pequeña parte de su obra, adaptaciones de relatos sueltos que, si bien no representan todo el universo del autor, sí que dan una idea de un tipo de horror diferente, alejado de arquetipos clásicos herederos de la literatura.

Pocas cosas causan tanto pavor como las palabras «Reloj del Apocalipsis». Y no solo porque parezca remitir a algún tipo de artefacto salido de una historia de ciencia ficción, sino porque realmente existe y ha vuelto a adelantarse.

El núcleo de la Tierra tiene una velocidad de rotación independiente. De hecho, durante la década de los noventa, un grupo de científicos descubrió que, supuestamente, giraba ligeramente más rápido que nuestro planeta.

Ahora, una reciente investigación publicada en Nature Geoscience, y cuyos responsables son los científicos Yi Yang y Xiaodong Song, del Instituto de Geofísica Teórica y Aplicada de la Universidad de Pekín, señala que ambas velocidades se emparejaron durante 2009.

Tras una larga temporada de espera, el desembarco de 'The Last of Us' en el catálogo de HBO Max el pasado 16 de enero supuso un tremendo alivio para todos los que, como un servidor, disfrutamos de la aventura de Naughty Dog en su formato original. Y es que el primer episodio de la serie de Craig Mazin y Neil Druckmann, además de un fantástico ejercicio narrativo, fue una clase magistral sobre cómo adaptar videojuegos a un medio audiovisual no interactivo.

La comunidad científica responsable del Bulletin of Atomic Scientist (BAS) ha anunciado que actualizará dentro de pocos días su Doomsday Clock, conocido en América Latina como El Reloj del Fin del Mundo o Reloj del Juicio Final.

Este reloj es un mecanismo simbólico que ilustra qué tan cerca se encuentra la raza humana del fin de los tiempos por causa propia de sus acciones.

Xbox tiene un gran plan para revolucionar la industria del videojuego y eso no se logra únicamente con recursos casi infinitos, sino con una visión. Los primeros pasos los lleva dando desde que se deshizo del Kinect, empezó a difuminar la barrera que separa las consolas y los PCs, y apostó como nadie por ofrecer el mayor y más atractivo servicio de videojuegos. Gracias a esto, su último relevo generacional fue intachable y su próximo movimiento clave es sumar Activision Blizzard a la marca.

Con el primer episodio ya estrenado, HBO desata la fiebre por el las catástrofes mundiales y el post-apocalipsis a través de la serie de 'The Last of Us'. Destinada a convertirse en fenómeno, la adaptación de los videojuegos de Neil Druckmann busca triunfar con armas similares, aunque menos interactivas.

Esas armas son la fuerza emocional, los elementos de trauma, la desolación en un panorama azotado por una pandemia.

"The Last of Us" ha llegado con un récord de audiencia para HBO, arrastrando la popularidad de los juegos, que adapta al escenario actual de la ficción en streaming, de la demanda basada en branding y particularmente la que proviene de Playstation. Sin embargo, llega en una resaca saturada de series postapocalípticas, justo tras el final de "The Walking Dead" y en la víspera del de "Fear The Walking Dead", mientras la misma franquicia promete hasta 4 spin offs.