Cuenta la leyenda que, cuando le pidieron una idea de sketches para intercalar en el show de Tracey Ullman, Matt Groening no se lo pensó demasiado. En aquel momento estaba teniendo un éxito arrollador (para el circuito indie) con 'Vida en el infierno', una fabulosa tira de prensa sobre la vida moderna protagonizada por dos conejos antropomórficos (Binky y Sheba) rodeados por un plantel secundario especialmente largo y carismático.
Así que, claro, pensó en hacer una adaptación.