Quizás lo más complicado de todo es evitar que tus gustos se fundan con lo que estás obligado a ver. A veces coincide, pero es saludable dejar un rincón de lo que te gusta para disfrutar en tu tiempo de ocio. En mi caso no hay problema: aficionado al gore subterráneo de los ochenta, el cine de artes marciales de los sesenta y el terror italiano, así en general, mis gustos no suelen cruzarse con la programación media de Netflix.