El propósito del año (formulado cuando ya habían pasado unos días de este) es dedicarle cada día un rato a la lectura no relacionada con temas de trabajo. Me sirven libros en papel, libros electrónicos e incluso las cosas que voy guardando en Pocket. No sé qué durará la cosa, pero de momento van cayendo libros, sin prisa pero sin pausa. No creo yo que sea capaz de mantener aquí un diario de lecturas, pero quién sabe (copiando descaradamente a este señor, pero a mi ritmo).