Hubo un tiempo en el que solía asociar eso de meditar con lo esotérico y lo mágico. Además con las tradiciones orientales. Quizás mi interés por lo segundo vencía a mi escepticismo por lo primero y de ahí que el tema de meditar siempre hubiera llamado mi atención.
Pero en realidad eso de meditar ni es tan esotérico ni tan oriental. Es más, es en occidente donde el énfasis de la meditación tiende a ponerse en lo espiritual, mientras que en el caso oriental, pesa más la técnica.